LA IMPORTANCIA DE PONER LÍMITES A NUESTROS HIJOS
La falta de capacidad de los mayores para poner límites en los niños, es sin duda uno de los grandes problemas de nuestro tiempo. Los padres no quieren parecer anticuados, a otros les espanta el conflicto y otros permiten todo, para estar aparentemente tranquilos.
Es fundamental saber que poner límites a los hijos es un acto de amor y nada tiene que ver con ser autoritario. Los límites les brindan seguridad y tranquilidad a los niños y aunque parezca mentira, aumentan la autoestima y contribuyen a un sano desarrollo emocional.
Los niños necesitan conocer los límites para ubicarse en el mundo y para sentirse seguros de que alguien los está cuidando. Cuando el límite está ausente, los niños asumen ellos mismos posiciones de autoridad que no les corresponde a su edad y se convierten en niños violentos o irrespetuosos.
No hay que mentirles a los niños y siempre cumplir con lo que les decimos. Así como debemos siempre cumplir si les prometemos llevarlos de paseo o jugar con ellos, también debemos aplicar las sanciones. Si le dijimos al niño: “si no haces esto, no ves la televisión en todo el día”, debemos efectivamente apagar la tv, de esa manera, los niños aprenden a respetar los límites, aunque los cuestionen o se enojen.
Otro tema fundamental es que no haya contradicciones entre los padres. A los niños les hace muy mal que los padres se desautoricen entre ellos y cuestionen lo que uno de los dos le dijo al niño.
Hay que tener en cuenta que los límites son parte del amor de nuestros hijos, no hay que dudar de que les hacen bien y también debemos enseñar a respetar a sus pares y a los adultos, para inculcarles conductas no violentas.
También es importante que los límites que pongamos no sean producto de nuestro estado de ánimo, sino de los objetivos racionales que tengamos con respecto a la crianza de los niños.
Poner límites no implica que le quitemos al niño la posibilidad de elegir. Por ejemplo, si el tema en cuestión es que no quiere bañarse, la negociación que podemos hacer es: vas a bañarte aunque no quieras, pero si lo deseas puedes elegir hacerlo con la ducha o con la tina llena y puedes escoger dos juguetes para jugar en el agua. De esta manera, ponemos el límite claro de que tiene que bañarse pero a la vez les brindamos la posibilidad de elegir algo.
Estableciendo límites desde edad temprana, desarrollamos seguridad en el niño al sentirse protegido y al ofrecerle una estructura sólida en que apoyarse.
Los límites enseñan al niño a que a veces debe renunciar y a que debe aceptar el “NO”. Con los límites, el niño aprende valores como orden, respeto y tolerancia que le permitirá relaciones más placenteras, reconociendo y respetando los límites de las demás personas. Le dan la confianza al niño para saber hasta dónde llegar, que puede hacer y que no. Le indican al niño que sus actos tienen consecuencias tanto positivas como negativas, con lo cual comprende que hay situaciones que pueden generarle daño.
Hoy día se busca formar niños independientes, autónomos, seguros y reflexivos, para lo cual el establecimiento de límites es esencial.
“Los niños de hoy son los hombres del mañana y está en nuestras manos educarlos para tener un mundo mejor.”
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